viernes, 17 de agosto de 2007

Jardines Zen: Armonía, Belleza y Relajación II

Estanques de arena. Rocas que son montañas. Ondas estáticas. Cañas de bambú que se agitan levemente con el viento. Agua inmóvil. Agua que fluye. El verde intenso del musgo. Piedras pulidas, talladas… Conozca a los jardines zen.

Los jardines Zen, de origen japonés y enraizados con la filosofía budista, con una forma de vivir y estar en la naturaleza, se han puesto de moda en Occidente. También lo ha hecho su versión en miniatura. Al calor de la importación de técnicas orientales, como el feng-shui, se ha extendido un tipo muy especial de jardinería. Su objetivo: la armonía y el equilibrio.

Estos jardines tienen en la arena, el agua y la piedra tres de sus elementos fundamentales. Las velas y diferentes tipos de lámparas sirven para jugar con la iluminación, como se hace con las formas, la textura y los colores.

Las plantas, especialmente el musgo, también tienen su lugar, donde mudarán de colores con los cambios de estación. No se trata únicamente de obtener un placer para los sentidos, este tipo de jardín quiere ser un lugar ideal para la percepción de la vida, para la relajación y la meditación.


De la esencia del jardín Zen cuentan que un monarca, tras ver su nuevo 'oasis' de palacio, felicitó al jardinero diciendo: "Es el más hermoso de los que he visto, y esa roca es la más bella de todas".

El jardinero entonces cogió la roca, 'la más hermosa', y la tiró al mar. El rey le inquirió y esta fue su respuesta: "Ahora todo está perfecto. Puede contemplarse en armonía. Como la vida, el jardín hay que verlo en su totalidad. Si la belleza de un solo detalle nos atrapa, el resto aparecerá como demasiado feo". Eso rompe el equilibrio.

No hay comentarios: